domingo, 2 de junio de 2013

The Tale of Khun Chang Khun Phaen

Si el restaurante está muy limpio, duda sobre lo bueno de su comida, igual pasa con la peluquería o con el taller de autos. Esto viene a cuento por mi relación con los libros. No me gustan los libros inmaculados, me gusta acariciarlos, pero también acariciarlos. Me encanta verlos nuevos, pero me fascina envejecerlos. Me encanta el color inicial, pero prefiero verlos ya ciando están usados. Es sensacional subrayar o escribir en ellos, establezco un dialogo. Ahora ando en la transición del papel a lo electrónico, que no me disgusta en los absoluto.
Fuente: www.silkwormbooks.com/catalog/info/khun-chang-khun-phaen/kckp-2-250.jpg
Hace un par de años di un curso y mi bibliografía estuvo muy apoyada en lo que compré en el monopolio de libros y todo que hay internet. Estos días leo dos libros muy interesantes sobre política exterior china. Sobre uno ya escribí una reseña y sobre el otro lo haré seguramente esta semana. 
Resulta que toda esta vuelta tiene que ver con mi encuentro con The Tale of Khun Chang Khun Phaen. Me niego a adjetivar el libro y el trabajo de los editores. No hay manera de que lo haga, me pueden torturar y no me sacarán un adjetivo. ¡Lo siento! El libro, la historia y el trabajo académico, sobrepasan a los adjetivos. Obviamente ya escribí una reseña seria, ya la subiré aquí.
Así como no pronunciaré adjetivo alguno, tampoco incitaré a leerla, ya que no lo necesita.
¿Qué tiene que ver The Tale of Khun... con este blog? Mucho. La historia, llena de bajas pasiones, se da en espacios específicos, no exentos de contemporaneidad. Para facilitar la comprensión de la trama, los editores-traductores nos ofrecen una serie de mapas muy útiles para disfrutar el libro.  


sábado, 16 de febrero de 2013

UNA NUEVA RAMA DE LA GEOGRAFÍA...TACOGRAFÍA

Todo tiene que ver con el espacio, con a geografía y cómo la representamos. Pero sobre todo es acerca con el uso y la distribución de los recursos, los cuales pueden ser más o menos los mismos, pero son utilizados de forma diferente. Lo que me apasiona es el poder de la comida en lo que somos, cómo nos relacionamos con el entorno, con nuestros vecinos y con la comida misma. Por ejemplo, me encanta comer con palillos, no me imagino comer ciertos platillos sin ellos.  La petulancia, arrogancia, distanciamiento, del instrumento es algo que encuentro fascinante. Es una relación de poder, de sumisión. totalmente racional, pero llena de indiferencia. Aunque, debo decir, puede ser extremadamente sensual. (En otro momento escribiré sobre relación fetichista con ellos. Nada para escandalizar, pero no es el momento de hablar sobre ello.)
Pero la verdad, si es que ésta existe, que supongo que ¿sí?, soy un bárbaro en grado magna cum laude. Me gusta comer con las manos, sin nada que se interponga entre yo y la comida. Incluso, sin discreción, chuparme los dedos me provoca un gran placer (Sigmund, ¿de haber nacido en México, o en África o en India, incluso en China, habrías escrito lo mismo?)
Todo esto para comentar que existe una nueva rama de la geografía que es la tacografía. Si uno es español, suelta tacos al decir "malas" palabras o "groserías" del tipo ateo: me cago en la hostia. (Por cierto, ¿esto habrá nacido durante la República?  supongo que no, pero no estaría nada mal culpar a los republicanos de eso y de las calumnias en contra Rajoy.) En otros países, el taco es el masculino de tacón en la parte posterior de los zapatos. Pero en México............ (Si tengo que decir explícitamente qué es un taco, deja de divertirme escribir estas líneas)
Debo decir que cada vez soy menos nacionalista, lo cual es uno de los grandes defectos casi genéticos de los seres humanos.No obstante, la comida y la lengua maternas son lo que más internalizamos. Nos poseen, no podemos ocultar que ambas ejercen un enorme poder sobre nosotros. No obstante, creo, es relativamente más sencillo (de)construirnos para hacernos omnívoros y cosmopolitas en nuestros hábitos alimenticios. No es sencillo, tampoco es barato, además de que requiere gastar dinero y estudiar. A la larga, puede resultar un poco menos complicado que alejarnos de la lengua materna. Todo eso se complica porque pese a que, en un lugar diferente a nuestro entorno, podemos acceder a los mismos productos pero éstos no saben igual.
El taco, nunca debe ser genérico, ni menospreciado. Por si fuera poco, es una de las claves para entender la mexicanidad. Es la síntesis de hábitos alimenticios diversos, algo de lo cual creo los mexicanos nos son conscientes o no quieren serlo: no existe EL taco, los tacos son infinitos, multidimensionales. La diversidad se debe, entre otros elementos, a la existencia del taco al pastor o de trompo, que no es otra cosa que la carne de los pastores musulmanes de diferentes países y que en muchos sitios de Mexico es algo cotidiano. El taco puede ser humilde: el encuentro de la tortilla con las sobras del dia anterior. Puede ser multicolor, la tortilla puede ser azul, blanca o negra, por lo menos, y no digamos el contenido; pero también puede aspirar con éxito a mezclarse con la realeza de la comida: ¿qué tal un taco de langosta con tortilla de harina, ya que no solamente se hacen tacos de maíz?
Otra confesión: cuando era estudiante en China, soñaba muchas cosas, y una de ellas era con tacos de Monterrey. No les cuento toda la historia, pero cuando voy a esa ciudad, como hice hace una semana, una de las primeras cosas que hago es ir a comer tacos a La Mexicana. También he sufrido grandes decepciones. Los tacos en tortilla de harina no son fáciles, y algunos ya no existen. Lo que me ha provocado frustraciones.
Uno no puede ir por la vida pensando que comerse un taco es algo sencillo. Es ago de que requiere un alto grado de sofisticación, como por ejemplo qué partes del animal son consumibles, aunque generalmente todos lo son. Pero uno necesita ilustrase, empezando por una introducción a la tacografía mexicana (¿hay otra?) y también a planos de que permitan saber cuáles son las partes de los animales que pueden servir para hacer tacos. La diversidad de los tipos de tacos es inconmensurable y es un espejo de la comunidad donde se consume: la calle, la colonia, el barrio, la ciudad y el país. Efectivamente, es algo mexicano, pero al mismo tiempo es muy trasnacional, como lo pude constatar en Chiang Mai y que  luego contaré la historia.
En fin, si la Revolución Francesa, se supone, fue apuntalada por la enciclopedia, porque la revoulción alimenticia no será alentada por la Tacopedia, o Enciclopedia del taco. Trilce Ediciones apoyó a Déborah Holtz y Juan Carlos Mena, en la edición y a Alejandro Escalante, en los textos, para presentar un libro esencial en todo hogar taquero o dispuesto a a aventurarse en el universo de los tacos y de sus parientes. Si ya el universo del taco es complicado por su diversidad en el espacio, todo se vuelve casi inasible si tomamos en cuenta tostadas, sopes, sopitos, quesadillas, tamales, enchiladas. Claro, no hay que olvidar las tortas. Todos ellos tienen también variables regionales inconmensurables.
Ya se ha dado un primer paso en conocer más sobre la diversidad, que es precisamente de lo que se trata la mexicanidad. Hasta el más gourmet de los taqueadores enconrará en el libro algo novedoso, delicioso y que le induzca a hincarle el diente a un taco diferente, novedoso. Por lo demás, el libro es fabuloso, Tine fotos, recetas, entrevistas y direcciones. Dos quejas: primera, mi hipótesis es que el taco es nada sin a salsa adecuada, de ella depende el 95% del éxito de una taquería; segunda, el libro es demasiado chilango, aunque es claro que se esforzaron porque no fuera así.
Es uno de los mejores libros que he comprado o tenido en mis manos. Además, dada la diversidad mexicana poco internalizada, la tacografía es una necesidad impostergable. Sí, sí se requiere un mapa.

lunes, 11 de febrero de 2013

MAPAS, ORO Y CONFLICTOS

Fuente: http://www.lib.utexas.edu/maps/middle_east_and_asia/paracel_spratly_88.jpg
Cuando uno necesita un mapa, casi de cualquier tipo, lo mejor es ir a la la Universidad de Texas en Austin. Su biblioteca Perry-Castañeda tiene 250 mil mapas, los cuales abarcan a todo el mundo y son de muchos tipos. Claro, siempre existe la posibilidad de consultarlos en formato digital. Desafortunadamente solamente se puede consultar en internet menos del 20% de la enorme cantidad que resguardan.  En este mundo sin dinero suficiente para la cultura,  la Perry-Castañeda espera que uno done algunos dólares para que puedan seguir el proceso de digitalización. Lo cual pasa aun cuando UT  invierte sistemáticamente para obtener más recursos y que trata de manejar de forma eficiente sus fondos a través de UTIMCO, incluso en metales preciosos, que no es su principal inversión, pero que contaban en 2011 con 987 millones de dólares en la forma de 6,643 barras.


Esta entrada viene a cuento porque todos los conflictos sociales, ya sea entre los individuos como entre las naciones, tiene invariablemente (¿?) un componente espacial. Generalmente se trata de una percepción, más o menos sustentada en por lo menos una triple interpretación: historia, espacio expresado en mapas, y derecho internacional. Uno de los conflictos más famosos es el que enfrenta a China con algunos de sus vecinos del sur, entre ellos Vietnam. Los gobiernos, pero a veces veces también los ciudadanos, se enfrentan aparentemente por las llamadas islas Spratly y Paracel, las cuales se muestran en el mapa de arriba.  

Un egresado de la Universidad de Connecticut, Thang Dinh Tran, , quien llegó a Estados Unidos huyendo de la guerra, es un aficionado a coleccionar mapas de su país de origen, Vietnam. La afición a los mapas le ha ganado fama en algún diario de su país adoptivo y también en Asia. De acuerdo su versión, un número considerable de sus mapas muestran que la frontera china al sur es Hainan y que las islas en disputa pertenecen a Vietnam. El argumento, tanto del coleccionista como de expertos consultados, se sustenta la triple interpretación anota antes.

martes, 29 de enero de 2013

KILLING THE WATER... LITERATURA Y GEOGRAFÍA

Como ha pasado siempre que leo literatura, novelas y cuentos me sirven para construir otras realidades, las posibles.  Lo que me ha fascinado, más que ser el personaje, es imaginar estar en los espacios donde ocurre la narrativa. 
Me sigue intrigando lo mismo, me pregunto cómo ese espacio llegó a ser como es: ¿Qué proceso de la naturaleza lo transformó? ¿Qué hicieron las personas para hacerlo de esa manera? Pero igualmente, ¿qué haría de estar en determinado lugar? ¿Cómo son los verdes y los azules? ¿Qué tan esponjadas las nubes? ¿Cómo se combinan los blancos y los azules del cielo? 
Algunas de las novelas, espacialmente, me han alterado, cada uno a su manera:  Colmillo Blanco y Antes de Adán, ambas de London; algo de la ficción marciana de Edgar Rice Burroughs, el mismo del Hombre Mono; claro, no menos atractiva resultó ser  Los autonautas de la Cosmopista, de Julio Cortázar; entre las grandes aceleradoras de mi cerebro está La Guerra del fin del mundo, novela de Mario Vargas Llosa, claro que aquí se junta mi interés por el sertao y su música. Por diversas razones me resultaron simplemente grandiosos espacialmente Pedro Páramo y la incluso más geográfica  El llano en llamas, simplemente alucinante. Lea lo siguiente y cierre los ojos: "Pero el pueblo todavía está muy allá. Es el viento el que lo acerca". O ésta otra parte, pero no los cierre, en verdad es de dar miedo y  la Divina Comedia se queda corta y parezca una tarde de verano en algún lugar como lo que usted desea: "Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija." No debería contar esto, pero vivo a cinco kilómetros de ese lugar, al menos es lo que se dice. (Por lo demás, hay estudios sobre el espacio en la obra de Rulfo)
Como ya me fui por otro lado, ya no le cuento de mis viajes con Strogoff y los fríos que pasé en Rusia, apenas calmados en otro momento por mis fantasías con Larisa y lo que pudiéramos hacer en un espacio determinado.
A diferencia de mi niñez, ahora ya no solamente me imagino, ahora puedo palpar lo que leo, algunas veces voy primero y luego camino en las páginas escritas, como me ha pasado ahora con Mahmud Rahman y Killing the Waters. Se trata de un libro esencialmente geográfico: de hecho, casualidades de la vida, me recuerda a la introducción geográfica de una historia de China, posiblemente de Fairbank.
Estuve hace poco en Daca, donde conocí a amigos del autor, uno de los cuales habló extensamente maravillas de él y bastante más del libro, que parece no es fácil de conseguir, pero en me topé con él en el aeropuerto y lo compré.
Es esencialmente un libro espacial, de la interacción de los seres humanos y el espacio, es un recorrido por varias partes del sur de Asia, no solamente Bangladesh; y de Estados Unidos, como San Francisco. Es sobre la percepción y la transformación humana del espacio, de la eterna lucha con la geografía. Si en los años setenta empezamos a saber algo de esa parte del mundo fue por los efectos devastadores de la naturaleza sobre una región del mundo maldecida por las pésimas decisiones geográficas de los seres humanos. El primer acercamiento fue gracias a George Harrison y su concierto para Bangladesh.

El libro de cuentos es maravilloso, al menos en el sentido de que lleva al lector a sumergirse en espacios ajenos, a sentir las inclemencias del clima, a oler la descomposición de los peces, y a tratar de imaginarse cómo a los políticos se les ocurren ideas brillantes sobre la distribución-uso del espacio que inevitablemente llevan a tragedias. Por cierto, ¿existe alguien que un día se levante y diga: me voy a Daca (Dhaka)), se me antoja? No conozco a nadie, tampoco he escuchado de alguien que lo haya hecho. No, no presumiré de ser el primero. Pasa que mi amigo y colega Imtiaz es de ese ciudad y me ha invitado muchas veces a ir, y como ahora andaba en el vecindario me di una vuelta.
 Este libro no es indispensable, como ninguno lo es. Pero como otros libros fascinantes, éste fortalece nuestro lado hedonista a través de ese placer tan sensual que es la lectura. Sentí regresar a Daca, pero también ir a Kolkota o a algún parque de Estados Unidos. Cierto, no dije gran cosa de ninguno de los cuentos. Simplemente no quise hacerlo... NO hay opción: hay que leer el libro.

PD A manera de reto:
Un amigo en Daca contaba que al leer alguna novela, marcaba en google maps los espacios que estaban en la obra, pero que no grababa los cambios. ¿Alguien ha hecho esto? ¿Alguien lo hace?
Quien se sienta preso de la curiosidad y esclavo del ocio, que de el primer click e inicie un mapa google de la literatura universal. Hay sitios interesantes como el Portsmouth Literature Map, pero no es exactamente en lo que estoy pensando. Encontré otro que se acerca a la idea que ronda mi cabeza, pero que no es: Google Earth Literature Trips.

PS. Estoy escribiendo una reseña formal de este libro y me he tomado con que aquí pueden echar un vistazo a algunas de sus páginas.