domingo, 2 de junio de 2013

The Tale of Khun Chang Khun Phaen

Si el restaurante está muy limpio, duda sobre lo bueno de su comida, igual pasa con la peluquería o con el taller de autos. Esto viene a cuento por mi relación con los libros. No me gustan los libros inmaculados, me gusta acariciarlos, pero también acariciarlos. Me encanta verlos nuevos, pero me fascina envejecerlos. Me encanta el color inicial, pero prefiero verlos ya ciando están usados. Es sensacional subrayar o escribir en ellos, establezco un dialogo. Ahora ando en la transición del papel a lo electrónico, que no me disgusta en los absoluto.
Fuente: www.silkwormbooks.com/catalog/info/khun-chang-khun-phaen/kckp-2-250.jpg
Hace un par de años di un curso y mi bibliografía estuvo muy apoyada en lo que compré en el monopolio de libros y todo que hay internet. Estos días leo dos libros muy interesantes sobre política exterior china. Sobre uno ya escribí una reseña y sobre el otro lo haré seguramente esta semana. 
Resulta que toda esta vuelta tiene que ver con mi encuentro con The Tale of Khun Chang Khun Phaen. Me niego a adjetivar el libro y el trabajo de los editores. No hay manera de que lo haga, me pueden torturar y no me sacarán un adjetivo. ¡Lo siento! El libro, la historia y el trabajo académico, sobrepasan a los adjetivos. Obviamente ya escribí una reseña seria, ya la subiré aquí.
Así como no pronunciaré adjetivo alguno, tampoco incitaré a leerla, ya que no lo necesita.
¿Qué tiene que ver The Tale of Khun... con este blog? Mucho. La historia, llena de bajas pasiones, se da en espacios específicos, no exentos de contemporaneidad. Para facilitar la comprensión de la trama, los editores-traductores nos ofrecen una serie de mapas muy útiles para disfrutar el libro.